El jugador se mantuvo en el club hasta 1911 donde formó parte de su directiva. Posteriormente, con el advenimiento de la Segunda República se produjo un descenso del número de socios que se agravó con el estallido de la guerra civil española en 1936. Ese año, además, el presidente del club Josep Suñol, que era político de Esquerra Republicana de Catalunya, fue fusilado por las tropas nacionales en la sierra de Guadarrama.