Luego de la igualdad ante Brasil, Argentina necesitaba golear a Perú; lo consiguió derrotando 6-0 al seleccionado incaico, y Mario convirtió dos goles. Llegó la final en el estadio Monumental de Buenos Aires; Argentina se puso en ventaja con gol de Kempes, quien tras pase de Luque, tocó al gol ante dos defensores neerlandeses y la salida del arquero. Ya con «El Gallo» Jáuregui de regreso en el timón, se escribió la que se considera la «época de oro» albiazul, pues llegó a los primeros planos del fútbol mexicano y se convirtió en un equipo protagonista.